lunes, 12 de noviembre de 2007

BEBER RESPONSABLEMENTE AYUDA A EVITAR SITUACIONES NO DESEADAS


El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Al principio, puede desinhibir, pero después disminuye la visión; no se calculan bien las distancias; la capacidad para reaccionar es más lenta; disminuye la temperatura y la potencia sexual. Las intoxicaciones graves pueden llevar a coma alcohólico.

¿Cuáles son los riesgos cuándo mezclamos alcohol con…?

Bebidas dulces. El organismo lo absorbe más rápido y hasta enmascara sus efectos, haciendo creer que no se está tomando nada.

Tranquilizantes. Se potencian los efectos depresivos, el sistema cardíaco se hace más lento, depresión respiratoria y pérdida del conocimiento. Serio riesgo de muerte.

- Marihuana. Hay riesgos de vómitos, mareos y paranoia. Es la peor combinación para realizar actividades complejas, como conducir.

- Cocaína. Se contrarrestan los efectos de ambas sustancias, lo que provoca deseos de consumir más y expone a mayores riesgos. Aumento de toxicidad sobre el hígado y cerebro. Aceleración del corazón y riesgo de hemorragia cerebral.

- Éxtasis. Aumenta el riesgo de deshidratación, por lo que hay que tomar mucha agua. Mayores riesgos de ataques de pánico y acaloramiento. El bajón es más intenso y desagradable.

- Ketamina. Pueden producirse náuseas y vómitos. Aumentan las posibilidades de pérdida del conocimiento, paro cardíaco y depresión respiratoria.

Atención!!!

La mezcla de sustancias depresivas (alcohol y barbitúricos) o estimulantes (cocaína y éxtasis) tiene un efecto sinérgico: sus efectos no se suman, sino que se multiplican y los riesgos de sobredosis aumentan y pueden ser impredecibles. Al mezclar dos sustancias de grupos diferentes (estimulantes con depresores, por ejemplo, éxtasis con alcohol) se pueden potenciar los efectos depresores del alcohol.

Si se toma en exceso, se pueden…

- Hacer cosas que lo pongan en riesgo a uno y los demás.
- Olvidarse de usar cosas importantes: preservativo, cinturón de seguridad, casco.
- Terminar en lugares no deseados: comisarías, salas de emergencias o lugares no seguros.


Para reducir los riesgos

- Reconocer las graduaciones. Es preferible tomar un solo tipo de bebida y no mezclar distintos tipos de tragos, ya que el organismo no puede adecuarse a diferentes graduaciones alcohólicas.
- Beber sin apuro. Es preferible tomar despacio, con tragos cortos y no abruptamente (lo que se suele llamarse “fondo blanco”).
- Tener el estómago lleno. Es muy importante comer cuando se está bebiendo o haberlo hecho previamente, ya que refuerza la capacidad del organismo para aminorar los efectos no deseados.

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