lunes, 12 de noviembre de 2007

¿ENERGIZANTES?


El consumo de las bebidas llamadas “energizantes” ha crecido en los últimos años. Su mezcla con vodka, vinos espumantes o cerveza puede ocasionar diversos riesgos.
Ante ello, conviene aclarar algunos aspectos sobre los mentados beneficios y los problemas que conllevan su uso indebido y abuso.

- Falsa sensación de energía. Lo exacto es llamarlas “estimulantes” por contener cafeína y taurina. No tienen nutrientes que aporten energía al organismo. Uno de los efectos es la excitación psicomotriz, que es lo que puede provocar esa aparente sensación de energía o falta de cansancio.

- Efecto de Enmascaramiento. Hacen sentir que no se ha tomado demasiado, ya que retardan los efectos del alcohol. La bebida “energizante” genera una falsa tolerancia al alcohol, por efectos de la taurina y cafeína. Y esto hace que se consuma más.

- No mejoran la concentración. En realidad, lo que sí aumenta es la atención o, mejor dicho, el estado de alerta. En tanto, la concentración disminuye.

- El problema está en la mezcla. Cabe aclarar que, por sí sola, la bebida no entraña riesgos. El problema está en el modo en que se consume. Su combinación con alcohol, que es un depresor – primero desinhibe, luego viene el bajón -, se contrapone a su efecto estimulante. Esto hace que el organismo no lo pueda metabolizar adecuadamente.

COMIENZAN LOS RIESGOS

La mezcla con el alcohol puede provocar:

- En consumos moderados – una lata -: aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.

- En consumos elevados -de 3 a 4 latas-: puede ocasionar arritmia cardiaca, irritabilidad, dificultad de concentración, diarreas y temblores.

- No se atienden las señales del cuerpo. Al enmascarar los efectos del alcohol, y sentir esa falsa sensación de energía, las señales de alarma que da el organismo con relación al cansancio o al sueño, son anuladas. Por eso aumenta el riesgo de infarto.


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